Historia
A mediados del siglo XX la crisis salitrera era una realidad. La ciudad se encontraba alicaída y las calles estaban pobladas de pampinos cesantes que habían llegado desde el desierto con sus familias en busca de algún trabajo.
En este escenario de recesión económica comienza a gestarse la industria pesquera, destinada a salvar la economía local. La primera conservera se inició en 1935 y lentamente la industria avanzó hacia la fabricación de harina de pescado.
Pero si bien en este período se comienza a vislumbrar lo que sería la industria pesquera a gran escala, años antes existía ya una fuerte presencia de la pesca artesanal que surtía tanto a la ciudad como a las localidades vecinas con abundantes productos del mar.
Ley de apoyo (conocida como ley Desiderio García)
En 1953 se promulga el Decreto con Fuerza de Ley 208 que otorga franquicias de inversión pesquera, paralelamente la Corporación de Fomento comienza sus actividades de planificación. Gracias a estas medidas la industria pesquera comenzó su despegue y, de su mano, Iquique soñó con salir de la crisis económica en que se encontraba sumido.
Un incentivo especial al desarrollo pesquero en Iquique fue el ejemplo dado por Perú, país que mostraba un creciente interés por esta industria y que invertía considerables capitales en ella.
Imitando esa idea, el Presidente Jorge Alessandri dispuso estudiar la posibilidad de establecer factorías en el país y en especial en el norte, cuyas aguas ricas en nutrientes atraían a grandes cardúmenes. En 1960, a través del decreto N°266, se estableció un tratamiento preferencial en materias tributarias para impulsar el desarrollo y consolidación del sector pesquero nacional. Asimismo se promulgan dos leyes especiales para la zona norte: la 12.937 y la 13.039 que favorecían la inversión, tanto nacional como extranjera en el sector.
Las nuevas disposiciones legales marcaron un hito en el despegue de la industria pesquera, provocando un inusitado interés en los inversionistas que vieron facilitada la instalación de varaderos y maestranzas en Cavancha, con ayuda de la Corporación de Fomento de la Producción, Corfo.
Paralelamente se ejecutó un proyecto de asistencia técnica y de investigación de los recursos marinos, creándose el Instituto de Fomento Pesquero.
En 1957 el desembarque de pescado en Iquique alcanzó a las 20 mil 505 toneladas. Un año después esa cifra era duplicada hasta llegar a los 48 mil 671 toneladas.
En 1960 ya nadie podía parar a las pesqueras. Ese año desembarcaron 1 millón 717 mil 749 toneladas convirtiendo a Iquique en el primer puerto de Chile con la mayor producción pesquera.
Poco tiempo después, en 1962, la Corporación de Fomento elaboró un plan acelerado que pretende lograr un mayor crecimiento del sector para el período comprendido entre 1962 y 1965.
Con la intervención del Estado chileno comenzó a fomentarse la pesca reductiva, sobre la base principalmente de la anchoveta. En este período se iniciaron también las exportaciones de la Empresa Iquique, pionera en este rubro.
La expansión de la actividad generó empleos para 3500 personas. “En ese período germinaron las esperanzas de los habitantes de esta zona, aumentando drásticamente la demanda de mano de obra y efectuando uno de los fenómenos más interesantes de reconversión de trabajo. Los pampinos, que habían crecido laborando en las salitreras, emigraron hacia el puerto buscando una nueva fuente de ingresos para sobrevivir, trasladándose del sector salitrero, a la industria pesquera.
La primera crisis pesquera
Hasta mediados de los 60 la industria era auspiciosa y nadie pensaba en la posibilidad que surgiera una crisis en las pesqueras. Pero esta llegó, desencadenada por la sobreexplotación de los recursos. En consecuencia, en 1966 las pesqueras más pequeñas enfrentaron graves problemas por la falta de cardúmenes que sustentaran su actividad. Sólo las industrias más grandes lograron sobrevivir e, incluso, lograron fortalecerse al absorber a las más chicas.
En este período surgieron cómo líderes del mercado las Pesqueras Coloso y Guanaye. También el grupo Angellini se reagrupó con las empresas Iquique, Indo y Eperva.
En 1967 el desembarque total sólo llegó a las 509 mil toneladas anuales. Entre el 69 y el 70 la cifra baja hasta las 348 mil toneladas. Para entonces la flota iquiqueña alcanzaba las 123 naves, de las cuales 79 correspondían a la captura de anchoveta y 8 de atún. Sin embargo, un tercio, o sea 36 embarcaciones, permanecían inactivas porque no tenían qué pescar.
Recuperación
A principios de los 70 la actividad pesquera tiene otro repunte debido principalmente al aumento de recursos y a la llegada de inversiones extranjeras que acarrearon consigo mejoras en la tecnología de captura y de procesamiento de productos.
En este aspecto destacan fondos sudafricanos que crearon la Pesquera del Norte, cuyas embarcaciones presentaban grandes adelantos para detectar los cardúmenes y capturados con redes más amplias y fuertes. Si antes era necesaria una hora para levantar la red hasta cubierta, con la tecnología, esta faena se realizaba en veinte minutos.
Eperva, Empresa Pesquera de Tarapacá, Sociedad Pesquera Delucchi, Indo, Pesquera Iquique, Coloso y Guanaye, eran las principales firmas que operaban en la ciudad.
En 1973 el desembarque de peces a puerto llegaba sólo a las 166 mil 808 toneladas anuales; un año después sobrepasaba las 340 mil toneladas. A esas alturas las pesqueras producían casi 71 toneladas de harina de pescado y poco más de 2 mil toneladas de aceite.
En 1975 Iquique aportaba el 53 por ciento de la producción total pesquera existente en el país. El puerto vecino de Arica, cubría el 35 por ciento del total.
Años de gloria y su declive economico
El período entre 1980 y 1986 es considerado como el mejor de la industria pesquera llegando a capturar tres millones de toneladas métricas. De ese período la mayoría de los iquiqueños recuerda el olor que emanaba cuando las plantas iniciaban sus períodos de producción a toda máquina. Como importaba más su resultado que la molestia momentánea, fue bautizado como “olor a dólar”.
Mientras más se producía, más aumentaba la capacidad de las embarcaciones. En menos de 20 años, de una goleta para 80 toneladas, se había aumentado a barcos de 250.
De esta manera, surgió un nuevo cambio en la modalidad de trabajo. Las tripulaciones se redujeron al mínimo necesario: once personas, un motorista, un patrón de pesca y nueve trabajadores de cubierta.
Nuevo auge pesquero
En 1980 el desembarque de pescado sobrepasó el millón 100 mil toneladas anuales, siendo la anchoa, caballa, jurel y sardina española los principales productos extraídos.
Estos productos eran elaborados por nueve empresas fabricantes de harina y aceite de pescado, tres conserveras y cinco congeladoras.
Las nuevas empresas que se agregaban al extenso listado eran Aripeex, Pesquera del Norte, Frigomar, Skorpio y Oceánica.
En 1984 el volumen de captura llegó al millón 800 mil toneladas anuales, cubriendo el 59 por ciento de la producción nacional. A estas alturas el empleo directo sobrepasaba los 6 mil trabajadores, teniendo un aumento explosivo en siete años del 66 por ciento.
Pero la década del 80 finalizó con un oscuro augurio: los primeros indicios del fenómeno de El Niño, que produjo una baja importante en los recursos marinos.
En 1983 los barcos industriales en la región ascendían a los 161 y funcionaban en la zona 29 plantas. Ese mismo año los efectos de la crisis se hicieron sentir. La producción iquiqueña sólo llegó a las 839 toneladas anuales. De ahí en adelante la producción va en picada llegando a 1998 con un desembarque de 103 toneladas de pescado.
Cifras en decadencia
Para muchos la crisis golpeó más fuerte en 1998. Estadísticas de Prochile muestran el impacto del problema. Hasta antes de 1997 cada pesquera aportaba en promedio 522 millones de pesos a la economía de Iquique.
Entre 1990 y 1997 la industria pesquera representaba el 30 por ciento de todas las exportaciones que generaba la Primera Región, pero las esperanzas decayeron en 1998, la diferencia entre 1997 y 1998 fue abismante a nivel regional. El desembarque disminuyó en un 87 por ciento, llegando sólo a las 215 mil toneladas a diferencia de las mil 469 millones de toneladas capturadas en el período anterior.
Otro ámbito que grafica la mala situación de la industria fue la caída de la producción en general en un 87 por ciento en sólo un año. La harina de pescado tuvo una baja del 95 por ciento entre 1997 y 1998.
En 1998 las pesqueras disminuyeron su planta de trabajadores en un 30 por ciento y determinaron un ciclo de operación intermitente, dependiendo de la presencia de cardúmenes en el área de extracción.
Según un informe del Gobierno Regional, durante 1999 hubo 124 naves en funcionamiento o en condiciones de trabajar. Por su parte el Consejo Zonal de Pesca estima que en Iquique trabajan cerca de mil 900 personas en el sector pesquero industrial, cifra inferior en un 37 por ciento a 1997.
Sobreexplotación
La sobreexplotación del recurso fue evidente en 1996. La sardina española desapareció de las costas iquiqueñas y nuevamente la industria miró hacia la anchoveta que, aunque de menos valor comercial, tuvo que sustentar toda la industria. A pesar de estos cambios, a mediados de los noventa hacen su debut las embarcaciones de 550 y 600 toneladas, que reducen la flota y la tecnifican aún más.
Desde esa fecha en adelante el promedio extraído de anchoveta nunca superó el millón de toneladas y seguía bajando. El golpe de gracia lo daría más tarde el fenómeno de El Niño con sus aguas cálidas que espantó los cardúmenes hacia otras zonas.
Harina prime
En los noventa el precio de la harina sufrió también una leve disminución. El mercado mundial ya no veía con los mismos ojos la harina corriente que se producía hace cuarenta años en Iquique. Los nuevos requerimientos del mercado de alimento para animales exigía un producto de mejor calidad: la harina “prime”.
Este producto más refinado está compuesto sobre la base de anchoveta fresca. El principal requerimiento es que el pescado sea procesado a pocas horas de su extracción, con esto se asegura una harina de mejor calidad y mayores nutrientes.
Otro aspecto que prevé para esta nueva etapa es la tecnificación del trabajo y la mantención de un reducido grupo de tripulantes por cada nave. La disminución de la flota y la contratación a plazo fijo son las dos características, que a su juicio, marcarán la industria pesquera en el siglo XXI.
Corpesca
La mayor evidencia de la crisis pesquera y el esfuerzo por salvar la industria del colapso se vio reflejada en un hecho ocurrido el 27 de agosto de 1999, cuando se anuncia el despido de todos los trabajadores pesqueros y la fusión de las empresas Iquique-Guanaye, Eperva y Coloso en una nueva entidad denominada Consorcio Pesquero del Norte S.A., Copenor, posteriormente en Corpesca S.A.
La integración de dos empresas relacionadas con el grupo Angellini y una de la familia Menéndez Lecaros pretendía mejorar la competitividad y la sinergia en la actividad pesquera, teniendo de esta manera mayores oportunidades de permanecer activo en el rubro.
Para operar el sistema la nueva empresa recontrató a la mayoría de los ex operarios de las pesqueras.
De esta forma Eperva controlaría el 46,36 por ciento del Consorcio; Iquique-Guanaye, el 36,64 por ciento; y Coloso el 23 por ciento restante.
Productores mundiales
Actualmente hay dos empresas pesqueras operan en las costas iquiqueñas, ellas son Corpesca S.A. (la mayor industria del sector), y Camanchaca, las que juntas generan más de 1400 empleos directos y cerca de 5000 indirectos, entre maestranzas, contratistas en pintura, materiales, y proveedores en general.
